Cultivar piñas en macetas es un proyecto divertido y gratificante. Aquí tienes una guía paso a paso para hacerlo:
Selección de la piña: Elige una piña fresca con hojas verdes y firmes. Evita las que tengan hojas marrones o marchitas.
Preparación de la corona: Corta la parte superior de la piña, incluyendo la corona de hojas. Deja aproximadamente 2,5 cm (1 pulgada) de pulpa bajo la corona. Luego, retira algunas de las hojas inferiores para exponer el tallo.
Secado: Deja que la corona se seque durante unos días para evitar que se pudra cuando la plantes. Colócala en un lugar cálido y seco.
Enraizamiento: Puedes enraizar la corona de dos maneras:
En agua: Coloca la base de la corona en un vaso de agua, asegurándote de que solo el extremo del tallo esté sumergido. Cambia el agua cada pocos días y espera a que aparezcan raíces, lo que puede tardar de 2 a 8 semanas.
Directamente en la tierra: Planta la corona en una maceta con tierra para macetas bien drenada. Asegúrate de que la tierra esté húmeda pero no empapada.
Plantación: Una vez que la corona haya echado raíces, trasplántala a una maceta más grande con tierra fresca para macetas. Entierra la corona hasta la base de las hojas.
Luz: Coloca la planta en un lugar donde reciba mucha luz indirecta. Las piñas prefieren el sol brillante pero pueden quemarse con el sol directo del mediodía.
Riego: Riega la planta cuando la tierra esté seca al tacto. Las piñas son tolerantes a la sequía, así que es mejor regar de menos que de más.
Fertilización: Alimenta tu planta de piña con un fertilizante equilibrado cada mes durante la temporada de crecimiento.
Paciencia: El cultivo de una piña puede ser un proceso largo. Puede tardar de 18 a 24 meses en producir frutos.
Cosecha: Cuando la piña esté madura (su color cambia de verde a amarillo-dorado y desprende un aroma dulce), córtala de la planta con un cuchillo afilado.
La dosis de fertilización para las plantas de piña varía según el tipo de suelo, el clima y el estado de la planta. Sin embargo, aquí tienes algunas recomendaciones generales:
Fertilizante equilibrado: Usa un fertilizante equilibrado con una proporción de NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) como 10-10-10 o 20-20-20. Estos números representan los porcentajes de cada nutriente en el fertilizante.
Dosis inicial: Al plantar la corona o la plántula, aplica alrededor de 2-3 cucharadas (30-45 gramos) de fertilizante equilibrado alrededor de la base de la planta, evitando el contacto directo con las hojas y el tallo.
Fertilización regular: Después de la plantación inicial, fertiliza la planta cada 6-8 semanas durante la temporada de crecimiento. Aplica el fertilizante en un círculo alrededor de la base de la planta, a unos 15-20 cm de distancia del tallo.
Cantidad: La cantidad total de fertilizante aplicado durante la temporada de crecimiento debe ser de aproximadamente 60-120 gramos de fertilizante equilibrado por planta, repartida en varias aplicaciones.
Reducción antes de la floración: A medida que la planta se acerca a la floración, reduce la cantidad de nitrógeno para fomentar la formación de frutos en lugar del crecimiento vegetativo. Puedes cambiar a un fertilizante con una proporción más alta de potasio, como un 10-30-20.
Fertilización después de la cosecha: Si planeas mantener la planta para que produzca una segunda cosecha, continúa fertilizando después de la cosecha con un fertilizante equilibrado para promover el crecimiento de nuevos brotes.
Recuerda siempre regar bien la planta después de aplicar el fertilizante para ayudar a disolver y distribuir los nutrientes en el suelo. Es importante seguir las instrucciones específicas del fabricante del fertilizante y ajustar la dosis según las necesidades de tu planta y las condiciones de cultivo.
¡Disfruta de tu propia piña casera y del proceso de cultivo!
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