Cualquier agricultor dedicado a la producción de vid y vino ha tenido en su mente alguna vez en la vida la plaga filoxera de la vid.
Desde siempre se ha considerado como una de las plagas de mayor incidencia en el cultivo de vid y la que más pérdidas económicas ha producido desde su aparición hace ya muchos años.
Este insecto lo podemos encontrar en varias fases de ataque en la planta, aunque una de la más complicadas es su modo «radicícola» por el cual ataca las raíces de las plantas y succiona todo el jugo celular.
Pocas plagas existen actualmente con una incidencia y una rapidez de expansión tan alta como filoxera (Daktulosphaira vitifoliae y también denominada Phylloxera vastratix).
En Europa se introdujo a finales del siglo XIX venida en barcos desde Norteamérica, y su expansión fue internacional en muy poco tiempo.
La filoxera de la vid es un insecto de tipo parásito que afecta a todas las variedades de vid. Es considerado un hemíptero succionador en plena actividad desde principios de 1800.
En la antigüedad existía bastante confusión debido a que filoxera puede atacar distintas partes de la planta, por lo que cada estado se denominaba de una forma diferente.
Por ejemplo, al principio de la plaga en Europa, denominaron a la forma que ataca la raíz como Rhizaphis vastatrix, y la forma galliforme (Phylloxera vitifoli).
Posteriormente se decide unificar las clasificaciones a la actual, como Daktulosphaira vitifoliae o Phylloxera vastratix.
La relación vitivinícola entre España, Portugal y Francia permitió la rápida expansión de la filoxera en todo el territorio cultivado.
La llegada de la plaga a nuestro país se produjo por diversas vías y de forma rápida.
Los intentos de combatir el oidio, una de las peores enfermedades en su momento (y actualmente también) de la vid, hicieron que se trajesen diferentes cepas de variedades más tolerantes americanas (como «isabela»).
Lo que no sabían es que también traían la plaga, y nuestras cepas europeas era extremadamente sensibles a este insecto.
El primer caso de filoxera confirmado en España se produjo en la zona de Málag (1978), fruto de la importación de variedades que hemos comentado.
A la hora de clasificarla, filoxera es lo más parecido a un pulgón, ya que su actividad se basa en la succión del jugo celular tanto en la parte aérea (hojas principalmente) como la raíz, donde causa más daños.
El principal problema de filoxera sobre la vid es que la actividad de succión de este insecto se ve lentamente sobre el cultivo.
Los ataques debilitan lentamente a la planta, sin saber exactamente cuál es el motivo de la pérdida de vigor de nuestro cultivo.
La vid adquiere tonalidades amarillentas, falta de vigor, frutos cada vez más pequeños, etc., y podemos achacar este problema a un montón de variables ajenas a la plaga.
Con el paso del tiempo, si la savia extraída por los insectos es superior a la fabricada, se produce el colapso de la planta y muere. Según la presencia de mayor o menor volumen de plaga, puede suceder en un periodo corto de tiempo.
La solución al problema vino de la mano de las mismas cepas que causaron el conflicto. Las cepas americanas aprendieron a convivir con el problema, y precisamente fueron las que se trajeron, ya que eran tolerantes a los ataques de filoxera.
La reproducción de filoxera se produce en condiciones de buen tiempo, especialmente en verano.
La puesta se realiza sobre el tronco, con los conocidos y denominados «huevos de invierno». Aprovecha grietas en corteza y agujeros para protegerlos.
La eclosión de dichos huevos se produce en el siguiente año, en primavera, formando hembras ápteras y partenogenéticas que pueden quedarse en las hojas (forma gallícola) o en el subsuelo (forma radicícola).
Esta hembra es capaz de producir hasta 3 mudas durante su fase juvenil (aproximadamente en un periodo de 20 días). A partir de aquí, realiza la puesta de hasta 100 huevos que formarán nuevas hembras partenogenéticas.
Los ciclos son muy rápidos, de 20 días, por lo que la expansión de filoxera se produce muy rapidamente.
La forma más común y la que mayores daños causa es la filoxera radicícola ya que las formas aéreas no suelen reproducirse ni expansionan.
Filoxera tiene gran capacidad para moverse entre plantaciones, ya que la multiplicación se produce por su forma alada.
Los ataques efectuados en la raíz, succionando la savia, crea protuberancias y deformaciones en dichas raíces, reduciendo el flujo de savia y obstruyendo los canales de absorción de agua y nutrientes.
De esta forma, la planta se debilita rapidamente y colpasa en poco tiempo.
La forma aérea (filoxera gallícola) ataca a las hojas, creando igualmente protuberancias muy fáciles de detectar en el haz.
En dichas agallas filoxera realiza la puesta para aumentar su volumen poblacional en poco tiempo.
El avance de la plaga, en condiciones normales, no suele ser tan rápido.
La primera campaña de los ataques de filoxera son casi difíciles de identificar, ya que el cultivo no se debilita en exceso.
A partir de la siguiente campaña, cuando se realiza la poda de la vid y se eliminan los sarmientos, la planta no puede recuperar su energía y se produce el colapso de la planta, con pérdida de producción, clorosis y ausencia de brotación y desarrollo.
La forma más eficaz de reducir el problema de la filoxera fue y es el injerto de variedades europeas sobre portainjertos tolerantes.
De esta forma, aunque no se elimina el problema, la mayoría de cepas ya no mueren sino que simplemente se reduce su producción.
Para solucionar el problema definitivamente, hay que recurrir a los tratamientos de invierno y primavera con materias activas que matan a la filoxera.
El principal problema radica en que el ataque de filoxera se produce en el subsuelo, como también ocurre con el gusano cabezudo.
Por tanto, se necesitan tratamientos que cubran por completo la rizosfera y entren en contacto con las raíces, ya sea tratamientos líquidos o en forma de gas (como se utilizaba el sulfuro de carbono).
La filoxera de la vid se mueve activamente por el suelo buscando raíces nuevas para succionar todo el jugo celular.
La mayor cantidad de movimiento de savia en la raíz se produce durante la brotación, ya que se destina mucha carga de fotoasimilados para la construcción de nuevas raíces.
En suelos arcillosos, la filoxera es capaz de crear galerías subterráneas con mucha facilidad, ya que hablamos de un suelo estable que conserva muy bien la humedad.
Sin embargo, en suelos arenosos, resulta bastante más complicado crear galerías por la filoxera, por lo que muchas veces no entra en contacto con la raíz de las cepas de vid y se limita el problema.
Existen algunas materias activas que funcionan muy bien contra distintos insectos de cuerpo blando, especialmente en pulgones.
Actualmente uno de los mayores problemas del cultivo está relacionado con la presencia de la enfermedad de la madera.
Una correcta operación y un adecuado mantenimiento de un sistema de riego tecnificado son elementos claves para garantizar la eficiencia productiva.