Hoy daremos a conocer un instrumento o herramienta muy útil para la agricultura especializada. Para aquellos a los que se les resista el tema de riego y no saben con exactitud la cantidad y frecuencia de aporte de agua que hay que realizar según el cultivo, contamos algunas cosas interesantes sobre el tensiómetro.
Las aplicaciones de un medidor de humedad son amplísimas. Obviamente, aquellos destinados a la agricultura y a las plantas están pensados para medir la humedad que contiene un suelo. Si conocemos ese dato, directamente sabremos la disponibilidad de agua que una raíz puede absorber.
Sin ánimo de entrar en detalles de cómo actúa o queda retenida el agua en el suelo, se puede resumir que hay distintos niveles de «concentración», para el cuál, llegado al límite, las raíces son incapaces de absorber más agua. Es algo así como una pajita larga, muy larga, y un vaso lleno de agua. Por mucho que intentamos absorber, no generamos suficiente capacidad de succión para lograr que el agua suba hasta nuestra boca.
Seguramente es lo que a todo el mundo nos ha pasado. En épocas de mucho calor regamos nuestras plantas (ya sea en suelo natural o bien en macetas), y al día siguiente vemos que la tierra, aparentemente, está seca. Volvemos a regar. Así varias veces hasta que la planta se pega un atracón de agua que le causa un estrés, comienzan a aparecer carencias minerales, presencia de hongos, fisiopatías, etc.
¿Qué es lo que está sucediendo? Pues muy sencillo. La primera capa de tierra o sustrato se seca por la acción del viento, la radiación solar, la temperatura, etc. Sin embargo, si escarbamos un poco o introducimos el dedo, vemos como a los pocos centímetros (o incluso milímetros), la tierra está mojada y tiene suficiente agua como para que las raíces puedan absorberla sin problemas. Correcto, entonces no habrá que regar.
Por otro lado, el medidor de humedad sirve para mantener unos niveles de agua en el suelo siempre estables, evitando así riegos desmesurados o bien, y en el lado opuesto, sequía.
Si tenemos mucho interés por nuestros cultivos, evidentemente este medidor de humedad es muy útil.
A estas alturas del artículo ya sabrás de qué trata el tensiómetro o medidor de humedad. Una herramienta que consta de una o una serie de picas que se clavan al suelo (la profundidad la pones tu en función del cultivo) y te proporciona algunos parámetros relacionados con el riego (humedad, temperatura, conductividad, etc.), de cara a poder calibrar o modificar la dosis y frecuencia de aportación de agua a tus plantas.
A pesar del nombre (tensiómetro), son instrumentos bastantes sencillos de utilizar y se adaptan a la mayoría de suelos que podemos encontrar. Dependiendo del modelo, están pensados para aguantar las inclemencias del tiempo, ya que algunos se dejan de forman permanente en el suelo, con el fin de ganar en comodidad.
El tema de la profundidad a la que tenemos que introducir la sonda es relativamente sencillo. Hay que hacer varias pruebas, a no ser que tengamos varias picas. Lo recomendable es hacer un análisis de la humedad contenida en los primeros niveles del suelo, donde se encuentran las raíces más superficiales, y después otro análisis con una mayor profundidad, amén de conocer el contenido de agua en las capas profundas.
Consiste en una herramienta para medir la humedad del suelo en el que se clavan dos picas en las capas superficiales del sustrato, y en cuestión de segundos aparece una serie de datos en la pantalla muy interesantes, como:
Temperatura del suelo
Conductividad eléctrica
Humedad (en %)
Para conocer qué sería un centibar nos tenemos que ir al término bar. No, no nos referimos al bar de la esquina donde nos tomamos un café o un gin tonic, sino a bar de presión. Encontraríamos el milibar, el centibar, el bar. A nosotros en este aspecto tan sólo nos interesa el centibar y la siguiente medición:
Si el medidor de humedad marca:
Suelo completamente saturado de agua. Tenemos que dejar de regar.
Se dispone de un suelo con humedad suficiente para la mayoría de plantas . Lo estamos haciendo bien y, por tanto, debemos continuar con esta dosis y frecuencia de riego mientras la climatología sea la misma. Si son suelos compuestos mayoritariamente de arena, habrá que considerar el rápido drenaje que pueda tener.
Nos encontramos con un suelo que empieza a pedir una dosis de agua. Aún las plantas no se encuentran «sedientas» y son capaces de absorber una cierta cantidad de agua, pero no debemos descuidarnos.
Un suelo que debe regarse para la mayoría de plantas. Todavía hay agua disponible para las plantas, pero los niveles se reducirán en poco tiempo.
Suelo con agua fuertemente retenida y donde debe aportarse agua que pueda ser fácilmente absorbida por los cultivos.
Kapilar es un sistema de jardín a pequeña escala con un sistema de riego subterráneo autónomo. Su diseño está pensado para maximizar el uso del agua en climas hostiles.
Las prácticas respetuosas con el medio ambiente sustituyen a los antimicrobianos en los colmenares de Ghana, trabajando en una una apicultura sostenible.