La fruta orgánica: Un pilar de la exportación argentina
Escrito por el Ingeniero Agrónomo, Betina Ernst.
Argentina fue uno de los uno de los primeros países en involucrarse en el mundo orgánico, siendo pionera en lo que se refiere a legislación y regulación. Las empresas certificadoras tienen una amplia experiencia y son reconocidas internacionalmente.
La nación es el segundo país del mundo en superficie orgánica, siendo solo superada por Australia. Según el Senasa, en el 2023 había una superficie de 4,1 millones de hectáreas orgánicas, manejadas por 1.370 establecimientos. Gran parte de la misma son campos de pastoreo de la Patagonia. Pero también en la agricultura extensiva, así como en cultivos regionales, la producción orgánica tiene peso. En el sector frutícola este sistema productivo adquirió rápidamente adeptos. En la fruticultura la participación de la producción orgánica es mayor que en la agricultura extensiva, así como en muchos otros cultivos.
Actualmente, lo orgánico es parte importante de la producción y exportación de frutas, y es imposible imaginar al sector sin este componente. Dentro de esto, resalta claramente la producción de manzanas y peras. Concentran la mayor parte de superficie y de las exportaciones orgánicas de frutas frescas (90%). El clima desértico del Valle del Rio Negro facilita llevar adelante este tipo de producción, en especial, si se refiere a la Sarna del Manzano, que tantos dolores de cabeza le trae a los productores de otras regiones. También la posibilidad de producir pera orgánica, es una gran ventaja, ya que mundialmente la producción de este tipo es reducida, habiendo una demanda mundial por la misma. No está pasando la mismo con las manzanas. Muchos países se han volcado a la producción orgánica de manzanas, por lo cual actualmente hay una amplia disponibilidad de la misma.
La producción orgánica de otras frutas es menor si lo comparamos con las manzanas y peras, pero no por eso menos importante. Además, en estas se observa una clara tendencia de crecimiento, mientras que en las pepitas la producción se estabilizó.
La producción orgánica está destinada a la exportación. Hace más de 20 años se exportan frutas orgánicas, inicialmente como un complemento; actualmente como un pilar fundamental del comercio exterior. En algunos casos se ha dejado de enviar fruta convencional y solo se hace orgánica. Claro ejemplo de esto son los envíos de manzanas y peras a Estados Unidos y Canadá, más del 90% es orgánico. Similar situación se vive con los envíos de arándanos y el kiwi a la Unión Europea. En caso de las manzanas y peras a Europa, un tercio son orgánicas. Mientras que la incidencia de los orgánicos en otros destinos y frutas es menor. En limón, su habilitación para exportar el orgánico fresco es reciente, por lo cual este negocio recién se inicia.
A la exportación en fresco, hay que sumarle la de los subproductos orgánicos, sector que está creciendo. Dentro de estos destacan los productos industrializados de peras y manzanas (purés, pulpas, jugos concentrados, deshidratados), de limón y cítricos dulces (aceite esencial, jugo), ciruelas desecadas, pasas de uvas y arándanos congelados.
Pero no todo es color de rosa. La producción orgánica es compleja y requiere de un seguimiento muy estricto. Los costos son mayores, al incrementarse la mano de obra, tener que usar productos más caros, etcétera. El mercado es acotado y en muchos casos de nicho. Más de una vez los precios ofrecidos son demasiado bajos para compensar el mayor esfuerzo y costo. Por otro lado, muchos países y productores se han volcado a la producción orgánica, por lo cual la oferta y competencia se amplió y llega a sobrepasar la demanda.
Nuevas tecnologías de conservación permiten ofrecer manzanas y peras durante todo el año, reduciéndose la necesidad de importarlas durante la contra estación. En caso de Argentina se suma que se viene de un ciclo de políticas volcadas al mercado interno, poco favorable a la exportación. También lo orgánico sufrió por la falta de apoyo y costos elevados. Por lo cual, las exportaciones de frutas orgánicas frescas se redujeron. En algunos casos como los envíos de manzanas a Europa esto fue muy marcado.
La fruta orgánica seguirá siendo un pilar para la exportación argentina, pero habrá cambios, según cómo evolucione el mercado global. Las perspectivas son mejores para los arándanos, limones y kiwis, mientras será más complejo para las peras y aún más para las manzanas.