Según el Servicio de Investigación Económica del USDA, los agricultores estadounidenses han estado recibiendo poco más de la mitad de la cantidad total que los consumidores gastan en fresas frescas desde 2020.

En 2023, el costo promedio de una libra de fresas frescas en supermercados fue de $3,80 dólares, un poco inferior al del año anterior, pero notablemente superior al de 2019 que se ubicó en $o.52 centavos y al de 2014 en $0.75 centavos. Mientras que los gastos relacionados con la comercialización, como el embalaje, el transporte, la venta al por mayor y al por menor, han disminuido desde 2020. Los precios de producción, que impactan en los precios de la fruta, han aumentado en general.

En los cálculos de costos del Servicio de Investigación Económica (ERS) del USDA se estima que alrededor del 8% de las fresas frescas se pierde a través del deterioro y el recorte, por lo que se supone que los comercializadores compran alrededor de 1,09 libras de fresas frescas de los agricultores por cada libra que venden al por menor.

Utilizando este volumen ajustado, la participación de los agricultores en el precio al por menor -la relación entre lo que reciben los agricultores y lo que los consumidores pagan por libra en las tiendas de comestibles- fue del 53% en 2023.