Los agricultores polacos están lidiando con posibles pérdidas en sus cosechas de manzanas, ciruelas, peras y cerezas, debido a las heladas primaverales que están afectando al país.

El clima no ha acompañado a la producción desde mediados de abril, provocando problemas de polinización en las flores de los manzanos y que otros frutos se ennegrezcan y no sean aptos para el consumo. 

El comienzo de la primavera es la época del año en que los manzanos empiezan a ‘despertar’ de su periodo de dormancia. A medida que los árboles se desarrollan y comienzan a florecer, pierden la capacidad de soportar las frías temperaturas que podrían soportar en dormancia durante los fríos meses de invierno. El tejido joven y en crecimiento activo puede dañarse o incluso morir.

Los meteorólogos han advertido que las heladas podrían continuar el resto del mes.

Para mitigar las pérdidas, los agricultores polacos están trabajando durante las noches creando capas protectoras de hielo, pero esta medida está resultando ser insuficiente. 

Los productores de frutas de toda Europa están preocupados por sus cosechas debido a las heladas. Desde mediados de abril, los estados balcánicos han visto caer las temperaturas a mínimos históricos, que han dejado nieve y hielo en gran parte de la región.

En la República Checa, por ejemplo, los productores informaron que varios frutales han resultado dañados, lo que ha provocado una pérdida casi total. En Moravia, una de las tres regiones que conforman el país, los daños se estiman en torno al 50% y las condiciones meteorológicas podrían empeorar la situación.