Hacer esquejes de olivos puede parecer una tarea difícil para muchos aficionados a la jardinería. Sin embargo, con el método adecuado y siguiendo algunos pasos básicos, puedes lograr excelentes resultados y obtener nuevas plantitas para tu huerto o jardín. En este artículo, te mostraré cómo esquejar olivos de manera sencilla y efectiva, basándome en mi experiencia personal que ha demostrado ser exitosa.
El primer paso en el proceso de esquejar olivos es seleccionar adecuadamente las ramas. Es preferible elegir ramas jóvenes, de aproximadamente un año de edad, que no sean demasiado tiernas ni demasiado gruesas. Las ramas ideales deben tener un grosor de aproximadamente 2 a 3 mm. Una vez seleccionadas, corta las ramas y prepáralas para el esquejado.
Una vez que tienes tus ramitas, el siguiente paso es preparar los esquejes. Para ello, realiza cortes limpios y elimina cualquier exceso de hojas que puedan consumir energía innecesariamente. Una técnica efectiva que utilizo es clavar los esquejes en Aloe Vera, que actúa como un potente enraizante natural. Deja los esquejes clavados en el Aloe Vera mientras preparas el resto.
Para plantar los esquejes, puedes utilizar contenedores reciclados, como botellas de plástico, a las cuales les debes hacer agujeros en la parte inferior para asegurar un buen drenaje. Corta la botella a aproximadamente un tercio de su altura para proporcionar suficiente profundidad. Rellena el recipiente con un sustrato que incluya una buena cantidad de arena para mejorar la aireación.
Con el sustrato listo, es hora de plantar los esquejes. Haz tres agujeros en el sustrato y aplica un poco de gel de Aloe Vera en cada uno para ayudar al enraizamiento. Inserta los esquejes asegurándote de que la mayoría de los nudos queden enterrados, lo cual es crucial para el desarrollo de las raíces.
Después de plantar los esquejes, es esencial mantener el sustrato adecuadamente húmedo. Riega generosamente al principio y luego mantén la humedad sin encharcar el sustrato. Coloca los esquejes en un lugar con luz indirecta y semi sombra, ideal para evitar el sol directo que podría dañarlos.
Tras dos meses y medio, podrás observar los resultados de tu esfuerzo. Algunos esquejes podrían fallar, pero no te desanimes, ya que es parte del proceso. Los esquejes exitosos mostrarán nuevos brotes y desarrollo radicular, indicando que es tiempo de trasplantarlos a un recipiente más grande o incluso al suelo, dependiendo de tus planes para las plantas.
El Aloe Vera ayuda a promover el desarrollo de las raíces cuando se aplican las ramas cortadas directamente en el gel de Aloe Vera. Este método es parte del proceso de preparación de los esquejes antes de ser plantados en su medio de cultivo. Este tratamiento con Aloe Vera mejora significativamente las posibilidades de éxito en el enraizamiento de los esquejes, basándose en sus experiencias personales de éxito repetido.
Es importante un riego inicial profundo para asegurar que el sustrato esté adecuadamente humedecido. Posteriormente, se debe mantener la humedad del sustrato mediante riegos ligeros según sea necesario, verificando siempre la humedad antes de regar de nuevo.
Para el mantenimiento, se aconseja mantener los esquejes en un lugar con semi-sombra o luz indirecta, lo cual es crucial para evitar el estrés por calor y luz directa mientras las raíces se están formando. Además, se recomienda utilizar la tapa de la botella para crear un ambiente de alta humedad y temperatura controlada, lo cual es esencial para fomentar un buen enraizamiento y proteger los esquejes de condiciones ambientales adversas.
Una vez que el esqueje ha desarrollado raíces visibles y nuevas hojas, es hora de trasplantarlo a una maceta más adecuada. Se recomienda el uso de una maceta opaca para evitar la exposición directa de las raíces a la luz solar, lo cual puede ser perjudicial.
Preparación de la maceta: Seleccionar una maceta que tenga profundidad suficiente para permitir un buen desarrollo de las raíces. Asegurarse de que tenga buen drenaje.
Extracción cuidadosa: Dar golpecitos suavemente en la botella para aflojar el sustrato y extraer el esqueje cuidadosamente para evitar dañar las raíces.
Colocación en la nueva maceta: Colocar el esqueje en la nueva maceta, asegurándose de que las raíces estén lo más extendidas y rectas posible hacia abajo.
Adición de sustrato: Rellenar con el sustrato extraído y agregar más si es necesario, especialmente si la nueva maceta es mucho más grande. Asegurarse de eliminar bolsas de aire y proporcionar un entorno rico en nutrientes, como puede ser añadir humus de lombriz.
Riego inicial: Realizar un riego adecuado tras el trasplante para establecer un buen contacto entre las raíces y el nuevo sustrato y para asegurar que el sustrato esté uniformemente húmedo.
Es importante mantener la planta en un lugar protegido y controlar la humedad del sustrato, especialmente en las primeras etapas después del trasplante, para fomentar un crecimiento saludable y estable.
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