Las babosas y los caracoles son plagas comunes en los huertos que pueden causar estragos en las plantas. Estos moluscos se alimentan de una amplia variedad de vegetales, flores y frutas, dejando a su paso hojas perforadas y dañadas. Aunque existen muchos métodos químicos para controlar estas plagas, la creciente preocupación por el medio ambiente y la salud ha llevado a muchos jardineros a buscar soluciones ecológicas. A continuación, se presentan varias estrategias eficaces y naturales para controlar babosas y caracoles en el huerto.
Las babosas y caracoles evitan moverse sobre superficies abrasivas. Espolvorear una capa de cenizas de madera o serrín alrededor de las plantas puede actuar como una barrera física. Estos materiales no solo son incómodos para los moluscos, sino que también absorben la humedad, dificultando su movimiento.
Las cáscaras de huevo trituradas son otra barrera eficaz. Al igual que las cenizas y el serrín, las cáscaras de huevo son afiladas y difíciles de atravesar para las babosas y caracoles. Además, las cáscaras de huevo enriquecen el suelo con calcio a medida que se descomponen.
El cobre es conocido por su capacidad para repeler a las babosas y caracoles. Al entrar en contacto con el cobre, estos moluscos reciben una pequeña descarga eléctrica que los disuade de continuar. Se pueden colocar cintas de cobre alrededor de las macetas o camas de cultivo para proteger las plantas.
Una de las trampas más efectivas y conocidas es la trampa de cerveza. Las babosas y caracoles son atraídos por el olor de la cerveza y, una vez dentro del recipiente, se ahogan. Para hacer una trampa de cerveza, simplemente entierra un recipiente hasta el borde y llénalo con cerveza. Coloca las trampas en el huerto y revisa diariamente para vaciarlas y rellenarlas si es necesario.
Las trampas de fruta funcionan de manera similar a las trampas de cerveza. Coloca trozos de fruta como melón o cítricos en el huerto. Las babosas y caracoles se sentirán atraídos por la fruta y se congregarán alrededor de ella. Luego, simplemente recoge las plagas manualmente y deséchalas.
Fomentar la presencia de depredadores naturales es una forma excelente de mantener a las babosas y caracoles bajo control. Animales como los sapos, ranas, pájaros y erizos se alimentan de estos moluscos. Puedes crear un ambiente favorable para estos depredadores colocando refugios como pilas de rocas, troncos y estanques pequeños.
Los nematodos son pequeños gusanos que parasitan a las babosas y caracoles. Se pueden comprar nematodos específicos para el control de babosas y aplicarlos en el suelo del huerto. Estos nematodos buscan a las babosas y las infectan, lo que eventualmente las mata.
Algunas plantas tienen propiedades repelentes naturales que pueden ayudar a mantener a raya a las babosas y caracoles. Entre ellas se encuentran el romero, la salvia, el tomillo y la lavanda. Plantar estas hierbas alrededor del huerto puede actuar como una barrera natural.
El helecho común y la consuelda son plantas que también repelen a las babosas. Puedes usar hojas de helecho o consuelda como mantillo alrededor de las plantas vulnerables.
Las babosas y caracoles son más activos durante la noche y en condiciones húmedas. Salir al huerto al anochecer con una linterna para recoger manualmente estos moluscos es una forma eficaz de reducir su número. Recoge las babosas y caracoles y deséchalos de forma segura.
Coloca trozos de cartón húmedo o tejas en el huerto. Durante el día, las babosas y caracoles buscarán refugio debajo de estos objetos. Revisa las trampas cada mañana y elimina las plagas encontradas.
Las babosas y caracoles prosperan en ambientes húmedos. Controlar el riego y evitar el exceso de humedad puede ayudar a mantener su población bajo control. Riega las plantas temprano en la mañana para que el suelo tenga tiempo de secarse durante el día.
Mantén el huerto limpio y libre de escombros donde las babosas y caracoles puedan esconderse. Retira hojas caídas, madera podrida y piedras para reducir los lugares de refugio.
Controlar babosas y caracoles de forma ecológica en el huerto es posible mediante una combinación de métodos físicos, biológicos y culturales. Al implementar estas estrategias no solo proteges tus plantas, sino que también contribuyes a un ecosistema más saludable y equilibrado. La clave es la constancia y la vigilancia, ya que mantener a estas plagas bajo control requiere un esfuerzo continuo. Con el tiempo, tu huerto florecerá libre de daños y podrás disfrutar de una cosecha abundante y saludable.
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