Para aquellos interesados en métodos ecológicos y sostenibles para el cuidado de las plantas, este sencillo insecticida casero es una opción excelente. Aquí te mostramos cómo prepararlo con ingredientes fáciles de encontrar y amigables con el medio ambiente.
Agua
Vinagre blanco de limpieza (con una acidez del 8%)
Toma una botella de medio litro y llénala con agua del grifo, dejando unos 5 cm sin llenar.
Añade vinagre blanco de limpieza hasta completar la botella. La proporción es aproximadamente 3 partes de agua por 1 parte de vinagre.
Para potenciar el efecto del insecticida, puedes agregar una pequeña cantidad de jabón líquido de fregar platos. Esto ayudará a que la mezcla se adhiera mejor a las plantas y los insectos.
Vierte la mezcla en un pulverizador.
Agita bien antes de cada uso para asegurarte de que los ingredientes estén bien mezclados.
Frecuencia: Aplica una vez por semana o cada 3-4 días si la infestación es severa.
Método: Rocía directamente sobre las plagas y las zonas afectadas. Asegúrate de cubrir tanto la parte superior como el envés de las hojas.
Precaución: Antes de aplicar de manera general, prueba el insecticida en una pequeña parte de la planta para asegurarte de que no cause daños.
El ácido acético presente en el vinagre actúa deshidratando los insectos, lo que provoca su muerte. Además, altera el pH de la superficie de las hojas, haciéndolas menos atractivas para nuevas plagas.
Hora de aplicación: Es preferible aplicar el insecticida al atardecer o al amanecer, para evitar que el sol intenso pueda quemar las hojas tratadas.
Prueba inicial: Algunas plantas pueden ser sensibles a la acidez del vinagre, por lo que es crucial hacer una prueba inicial en una hoja antes de la aplicación general.
Este insecticida es una opción sencilla, económica y respetuosa con el medio ambiente para mantener tus plantas libres de plagas. ¡Anímate a probarlo y comparte tus resultados!
Un equipo de investigadores del INTA y del Conicet determinó que la revegetación con Brachiaria brizantha mejoró significativamente las propiedades de suelos degradados.
La pruina es una capa cerosa de aspecto blanquecino o grisáceo que se encuentra de manera natural en la superficie de muchas frutas, hojas y tallos.
Una nueva investigación de la Universidad de Florida muestra que los productores pueden ahorrar hasta un 67%, o hasta medio millón de galones por acre por temporada, al alternar los ciclos de riego intermitente por aspersión entre encendido y apagado, logrando el mismo rendimiento.