Aprendamos con este tip casero para el cuidado de plantas en macetas, relacionado con el riego y fertilización. Este método te permitirá regar y abonar tus plantas de manera más eficiente, asegurando su salud, un crecimiento vigoroso y abundantes floraciones.
- Una botella de plástico (puedes usar un vaso de plástico si la maceta es pequeña).
- Un cutter o tijeras.
- Un soldador, aguja o clavo para hacer agujeros.
- Sustrato habitual.
Preparar la botella: Utiliza una botella de plástico adecuada al tamaño de tu maceta. Corta la botella de forma que quede un poco más baja que la altura de la maceta.
Hacer agujeros: Deja sin agujeros los primeros 4-5 cm desde la base de la botella. Luego, desde ese punto hacia arriba, haz pequeños agujeros con un soldador, aguja o clavo. Estos agujeros permitirán el drenaje del agua y el abono.
Colocar la botella: Coloca la botella en el centro de la maceta, un poco elevada sobre la superficie del sustrato. Asegúrate de que quede bien centrada mientras rellenas la maceta con sustrato.
Este método permite que el agua se drene de manera controlada hacia los laterales de la maceta, manteniendo un reservorio de agua en la base de la botella. Esto asegura que las raíces de tus plantas siempre tengan acceso a agua, incluso en periodos de sequía.
Al añadir abono líquido en la botella, este se mezclará con el agua de riego y se distribuirá uniformemente por toda la maceta. Esto proporciona un suministro constante de nutrientes a las raíces.
El sistema favorece el desarrollo de raíces saludables y vigorosas, lo que contribuye a mantener las plantas libres de plagas y enfermedades. Plantas bien nutridas y con acceso constante a agua y nutrientes son menos propensas a enfermarse.
Si deseas añadir algún residuo orgánico, los restos de café son ideales para esta técnica. Evita utilizar pieles de frutas o verduras, ya que pueden atraer insectos y descomponerse de manera inadecuada.
Preparar los esquejes: Corta esquejes de hierbabuena y retira las hojas inferiores. Haz un corte en bisel y planta los esquejes en el sustrato preparado.
Riego inicial: Pulveriza los esquejes para mantener la humedad y riega ligeramente la superficie del sustrato.
Riego y abono continuo: Llena la botella con agua y abono líquido. Repite el riego dos o tres veces, esperando unos minutos entre cada uno para asegurar una distribución uniforme.
Este truco de riego y fertilización es sencillo pero altamente efectivo. Mantiene a tus plantas bien hidratadas y nutridas, promueve un crecimiento saludable y flores exuberantes. Además, es una excelente práctica para aquellos interesados en la sostenibilidad, ya que permite reutilizar botellas de plástico y aprovechar restos de café.
Cultivar espárragos en el huerto puede ser una tarea gratificante. Los espárragos (Asparagus officinalis) son una hortaliza perenne que puede producir durante más de 15 años si se cuida correctamente.
Se denominan sistemas de riegos al conjunto de estructuras y procesos que permiten aplicar agua al suelo, generalmente para proporcionar suficiente hidratación a un cultivo.