Agronometrics: Cómo las olas de calor amenazan la agricultura y los precios en Estados Unidos
Mientras la inflación empieza a enfriarse desde su máximo de cuatro décadas, Estados Unidos se enfrenta a otro formidable desafío: olas de calor que baten récords. El aumento de las temperaturas no solo ha establecido nuevos récords mundiales, sino que también ha tenido repercusiones económicas imprevistas.
Además del aumento de las facturas de electricidad, es probable que los consumidores tengan que hacer frente a un incremento de los precios de las frutas y verduras, ya que el calor extremo afecta a la producción agrícola. Aunque el Índice de Precios al Consumo (IPC) mostró un descenso del 1% en los precios de frutas y verduras en junio, esta tendencia podría invertirse pronto.
Los agricultores de todo el país afrontan importantes retos en su lucha por mantener el rendimiento de los cultivos en medio de las incesantes olas de calor. Tom Avinelis, veterano agricultor de productos orgánicos que trabaja en Fresno, California, y en el valle de Willamette, Oregón, ha sido testigo directo de los estragos que el calor extremo causa en los cultivos.
Las temperaturas casi récord de este verano, por encima de los 100 grados Fahrenheit (37 °C), han provocado un porcentaje de frutos marchitos mayor de lo habitual, reduciendo la cantidad de producto cosechable.
"El impacto en nuestro potencial de ingresos es considerable", explica Avinelis. Sus granjas, gestionadas por Homegrown Organic Farms, suministran productos a todo el país, a tiendas como Whole Foods, Trader Joe's, Costco y Safeway.
Aunque es posible que los consumidores no vean un repunte inmediato de los precios de frutas de temporada como los arándanos, debido a los contratos preexistentes con los minoristas, las perspectivas a largo plazo son menos optimistas.
"A medida que estos episodios de calor sean más frecuentes, la producción se verá cada vez más amenazada, lo que alterará la dinámica de la oferta y la demanda", advierte.
La presión financiera sobre los agricultores como Avinelis va más allá de la pérdida inmediata de rendimiento. Los costos de adaptación para mitigar los efectos del calor extremo -como la mejora de los sistemas de riego- son cada vez mayores.
Los agricultores de orgánicos están en desventaja frente a los convencionales, que pueden utilizar aerosoles protectores para proteger los cultivos de la luz solar intensa, algo parecido a un protector solar para las plantas. Investigaciones recientes ponen de relieve la vulnerabilidad de determinados cultivos al aumento de la temperatura.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Waterloo, en Ontario, y de la Universidad Mohamed bin Zayed de Inteligencia Artificial, en Abu Dhabi, reveló que temperaturas de solo tres grados por encima de las medias históricas podrían reducir el rendimiento de las fresas hasta en un 40%.
El estudio, que analizó datos de Santa María, California, subraya el importante riesgo que suponen incluso los cambios de temperatura menores para cultivos de gran valor como la fresa.
Esta investigación, iniciada por una cadena de supermercados canadiense que buscaba mejores predicciones de precios, ilustra la creciente preocupación de los minoristas por el impacto del cambio climático en la disponibilidad y el costo de los productos.
Según Kumaraswamy Ponnambalam, ingeniero de diseño de sistemas de la Universidad de Waterloo, estas conclusiones pueden orientar, tanto a los agricultores como a los responsables políticos, en la elaboración de estrategias eficaces de adaptación al cambio climático.