Bindu CK, una profesora de química de Ayamanam en el distrito de Kottayam, Kerala, ha logrado algo extraordinario en su terraza de 74 metros cuadrados. En este espacio relativamente pequeño, ha cultivado alrededor de 100 variedades de frutas y verduras orgánicas, muchas de ellas exóticas.
Su enfoque en la agricultura no es solo un pasatiempo, sino que una pasión profunda que combina con sus conocimientos en química para mantener su jardín completamente orgánico.
Cuando Bindu y su familia se mudaron a su nueva casa, la idea de transformar la terraza en un jardín productivo se convirtió en su prioridad. A pesar que su casa anterior tenía un techo de tejas que no permitía este tipo de cultivo, en su nuevo hogar encontró el lugar perfecto para experimentar con la agricultura urbana.
Decidió utilizar la terraza, no solo porque era más conveniente para cuidar las plantas, sino que también porque creía que produciría una mejor cosecha debido a la exposición al sol y al control del riego.
En su jardín se encuentran diversas hortalizas como tomate, berenjena, coliflor, chiles, espinaca, pepino para ensalada, zanahoria, frijoles, remolacha y okra. Dentro de estas categorías, Bindu ha diversificado enormemente, cultivando diez variedades de chiles, incluidos el capsicum, chile violeta, chile ujwala, chile bajji y el chile negro, así como cinco tipos de chiles ojo de pájaro.
También cuenta con ocho tipos de berenjena, siete de espinaca y cuatro de okra. Además, ha experimentado con vegetales exóticos como brócoli, calabacín, col china y kale, mostrando su habilidad para adaptarse a cultivos menos comunes en la región.
El jardín de Bindu no se limita solo a vegetales; también ha logrado cultivar una variedad impresionante de árboles frutales. Entre ellos se encuentran especies exóticas como lilly pilly, cereza de playa australiana, jaboticaba (árbol de uva brasileño), jungle jalebi, higo israelí, longan y más.
Además, cultiva frutas como naranjas, fresas, pitahayas, carambolas, diferentes tipos de guayabas, chirimoyas, cerezas y mangos.
Es notable que haya podido cultivar frutas como las naranjas y las fresas, que generalmente requieren climas más fríos. Bindu atribuye su éxito a la experimentación con variedades híbridas de naranjas, que se han adaptado bien al clima cálido de Kerala.
Como profesora de química, Bindu utiliza sus conocimientos para crear sus propios fertilizantes y pesticidas orgánicos. Para nutrir sus plantas, prepara una mezcla orgánica a base de harina de hueso, torta de maní y un poco de panela.
Esta mezcla se fermenta, se diluye y se aplica a las plantas semanalmente o cada diez días. Además, para controlar plagas, utiliza una solución de aceite de neem, jabón y vinagre o bicarbonato de sodio, que aplica en las plantas según sea necesario.
El jardín de Bindu no solo provee a su familia con alimentos libres de químicos, sino que también ha inspirado a muchos otros. A través de su canal de YouTube, ‘Chilli Jasmine’, Bindu comparte sus conocimientos y consejos sobre cómo mantener un jardín en la terraza.
Su dedicación a la agricultura orgánica y su deseo de compartir su experiencia, la convierten en un ejemplo brillante de cómo la agricultura urbana puede contribuir a la sostenibilidad y la autosuficiencia.
Bindu CK demuestra que, con pasión y conocimiento, es posible transformar incluso un pequeño espacio urbano en una fuente rica y diversa de alimentos saludables, fomentando prácticas agrícolas sostenibles y educando a otros en el proceso.
La cuaja o no cuaja en cerezos es en los primeros 25 días después de plena flor. Todo fruto que nos prospere después de esos días, no cuajó.
La técnica de no excavación, tal como su nombre lo indica, consiste en cultivar sin alterar el suelo. Es un método sencillo y demanda menos tiempo.
Cuando se habla de soluciones para la agricultura, se habla de tecnología, de técnicas de cultivos, etcétera, pero estos no son soluciones. Los electrocultivos sí.