Los suelos yesíferos son suelos con contenido superior al 25% de yeso, lo que interfiere de manera importante en el crecimiento y buen desarrollo de las plantas. El material del suelo a continuación carece plasticidad y no se coagula, convirtiéndose inestable en el agua. En consecuencia, la erosión de los suelos yesíferos puede ser muy severa. Los suelos con cantidades significantes de yeso ocurren con frecuencia en las zonas áridas del planeta.
Terrazas de suelo: En suelos montañosos y profundos para prevenir la erosión.
Riego suplementario: Donde recursos de agua estén presentes.
Allanar la tierra después de la cosecha y antes de la estación lluviosa para mejorar la infiltración del agua y preservar la humedad del suelo.
El reemplazo de barbecho por plantas leguminosas en rotaciones de trigo con barbecho para incrementar el nivel de la materia orgánica del suelo.
El subsolado para romper el subsuelo yipsico endurecido y permitir así la penetración de las raíces y disminuir la susceptibilidad a sequías.
El uso de fertilizantes en cereales, principalmente el nitrógeno y el fósforo.
Donde el agua de riego esté disponible, se requiere la precipitación del yeso para mantener un bajo contenido de sales en el suelo. Además, se debe implementar un sistema de drenaje efectivo para mantener un nivel freático bajo y control de la salinidad. La cavidad formada por la precipitación del yeso desde la superficie, requiere la nivelación del terreno cada año. Estos canales de riego deben ser alineados para evitar que las paredes se hundan.
Los suelos con una capa endurecida gipsificada pueden impedir la instalación de sistemas de drenaje. Bajo la agricultura de riego en suelos yesíferos con un bajo contenido de materia orgánica y nitrógeno total, las aplicaciones regulares de fertilizantes de Nitrógeno son esenciales para asegurar rendimientos adecuados en la mayoría de los cultivos.
La productividad potencial de los suelos yesiferos está relacionada con la profundidad de la capa petrogípsica. En los suelos que contienen una capa pertogipsica bajo los 60 cm, las raíces de las plantas penetran libremente con suficiente disponibilidad de nutrientes. La fertilización en este tipo de suelos aumenta el crecimiento de las plantas y a su vez el rendimiento.
En suelos superficiales, con una capa petrogípsica cerca de la superficie, presentan un volumen de suelo limitado y las plantas no prosperan generalmente.
Cuando los suelos contienen una baja cantidad de yeso en la capa superior de los 30 cm se tornan aptos para el cultivo de granos, algodón, alfalfa, etcétera. En la agricultura de secano con suelos yesíferos profundos es importante dejar el barbecho por unos años y aplicar técnicas de captación de agua, aunque raramente se recompensa si las condiciones climáticas son adversas.
La mayoría de los suelos yesíferos desarrollados en (recientes) depósitos aluviales y coluviales contienen un bajo contenido de yeso. Estos pueden llegar a ser muy productivos con riego adecuado. Asimismo, suelos con un contenido de 25% o más de yeso pulverulento, pueden producir rendimientos excelentes de alfalfa, heno, trigo, albaricoques, dátiles, maíz y uvas, aplicando un riego intensivo en combinación con el drenaje forzado.
La incorporación de fertilizantes es requerida para obtener rendimientos altos. La mayoría de los suelos yesíferos se encuentran bajo cultivos de pasto extensivo.
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