Mosca de la fruta muestra respuesta evolutiva al calentamiento global
Con el objetivo de actualizar los datos sobre la respuesta evolutiva en un contexto de calentamiento global, investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), han estudiado las variaciones genéticas de la especie de mosca Drosophila subobscura, común en los bosques de Europa.
La UAB reportó que los investigadores del Departamento de Genética y Microbiología, Francisco Rodríguez-Trelles Astruga y Rosa Tarrío Fernández, observaron cómo el aumento de las temperaturas y las olas de calor de los últimos 20 años han acelerado la presencia de variación genética que aumenta la tolerancia a las altas temperaturas en las poblaciones de esta especie.
En esta especie, explica una nota de la UAB, la adaptación al clima tiene lugar mediante un tipo de variación genética conocido como polimorfismo cromosómico de inversiones. Ciertas inversiones -un tipo de mutaciones que cambian la orientación de segmentos de genoma- confieren a sus individuos portadores más tolerancia al frío, mientras que otras confieren más tolerancia al calor.
Los resultados de los investigadores corroboran los obtenidos en estudios anteriores, que indicaban que la proporción de inversiones que favorecen la tolerancia al calor estaba aumentando y la de las que favorecen la tolerancia al frío disminuyendo.
El estudio muestra por primera vez cómo esta pauta se ha acelerado durante las dos últimas décadas en la Europa templada con respecto a la mediterránea a un ritmo sin precedentes, siguiendo la incidencia de olas de calor que son cada vez más largas e intensas.
La investigación comenzó en 2015 e incluyó trabajo de campo y de laboratorio. A lo largo de este tiempo, se capturaron muestras de Drosophila subobscura en 12 localidades europeas a diferentes latitudes: Viena (Austria), Lovaina (Bélgica), Lagrasse, Montpellier y Villars (Francia), Tubingen (Alemania), Groningen (Países Bajos), Leuk (Suiza), Málaga, Punta Umbría, Riba-roja de Túria y Queralbs (España).
Las proyecciones indican que, de no hacerse un mayor esfuerzo para detener el calentamiento global, las poblaciones centroeuropeas actuales de esta especie se habrán vuelto genéticamente indistinguibles de las del sur de Europa en torno a mediados de los años 2050.
El estudio fue publicado en la Nature Climate Change.
*Fotografía Universidad Autónoma de Barcelona.