Las plantas pueden mostrar signos de debilidad y bajo rendimiento, lo cual podría ser una señal de deficiencia de nitrógeno, un problema que los jardineros deben conocer.
Todas las plantas necesitan nitrógeno para crecer y reproducirse de manera saludable. Además, usan este nutriente en la fotosíntesis. Comprender las necesidades de nitrógeno de las plantas facilita el suministro adecuado para un crecimiento vigoroso. A menudo, las plantas nativas no sufren tanto por la falta de nitrógeno como las plantas de huertos y jardines.
La deficiencia de nitrógeno es relativamente fácil de identificar. Los síntomas incluyen crecimiento escaso y hojas de color verde pálido o amarillentas, debido a la incapacidad de la planta para producir suficiente clorofila. Esto se debe a la clorosis, que comienza en la base de las plantas y se extiende hacia arriba, causando que las plantas se debiliten y se vuelvan delgadas y alargadas.
Así como es importante identificar la deficiencia de nitrógeno, también lo es detectar el exceso, conocido como «quemadura de nitrógeno». Cuando las plantas absorben demasiado nitrógeno, sus hojas tienden a encogerse o a presentar una apariencia quemada o crujiente.
Es recomendable realizar pruebas de suelo cada año. Un análisis completo del suelo proporcionará un panorama detallado de los nutrientes que faltan y las cantidades necesarias para equilibrar el suelo. Este tipo de pruebas son fundamentales para entender qué necesita tu jardín para mantenerse saludable.
El nitrógeno en el suelo debe ser repuesto constantemente para que tu jardín de vegetales se mantenga en óptimas condiciones. A continuación, algunas formas de asegurarte de que tus plantas reciban el nitrógeno necesario de manera orgánica:
Añade recortes de césped: No deseches los recortes de césped; úsalos para aumentar el nitrógeno y el potasio en el jardín. Los recortes de césped son gratuitos y, al colocarlos en capas delgadas alrededor de la base de las plantas, ayudan a acelerar el proceso de compostaje.
Café: El compost de posos de café es una excelente fuente de nitrógeno. Mezcla partes iguales de posos, hojas y recortes de césped. Dale vuelta a la mezcla semanalmente hasta que se convierta en una textura fina. Luego, cubre el suelo alrededor de las plantas y riega bien.
Mantillo de Hojas: Cubrir tu cama de jardín con un mantillo de hojas secas puede aumentar los niveles de nitrógeno en el suelo. Al finalizar la temporada de crecimiento, coloca una capa de 7,5 cm de hojas caídas en tu jardín y riega bien.
Planta Leguminosas: Plantar guisantes y frijoles puede ayudar a enriquecer el suelo con nitrógeno. Las leguminosas capturan el nitrógeno del aire y lo convierten en un compuesto que las plantas pueden absorber. Son excelentes compañeras de cultivos como el espárrago y el maíz.
Malezas: Aunque parezca contradictorio, algunas malezas, como las ortigas y el bardana, pueden ser beneficiosas si se utilizan adecuadamente. Estas malezas aceleran la descomposición del compost y son una buena fuente de nitrógeno cuando se incorporan al compost terminado.
Orina Humana: Aunque puede sonar poco agradable, la orina humana, proveniente de un cuerpo sano y libre de virus, es una excelente fuente de nitrógeno, potasio y fósforo. Usa una taza de orina diluida en ocho tazas de agua para fertilizar las plantas.
Estiércol animal: Es una gran fuente de nitrógeno, pero debe ser compostado antes de su uso para evitar quemaduras en las plantas. A continuación, algunos tipos de estiércol útiles para el jardín:
De vaca: Es uno de los que menos nitrógeno contiene entre los estiércoles de ganado, pero es un excelente compost general que aporta equilibrio al suelo.
Estiércol de caballo: Es muy rico en nitrógeno, conocido como “caliente” por su alto contenido. Este tipo de estiércol es ideal para plantas con gran demanda de nitrógeno, como el maíz, las papas y el ajo, pero debe estar bien compostado antes de ser utilizado.
De oveja: Es aún más rico en nitrógeno que el de caballo, pero también contiene potasio, lo que lo hace más equilibrado. Úsalo con moderación y bien compostado para evitar quemaduras en las plantas.
Estiércol de aves: como el de gallina, es el más rico en nitrógeno y debe ser utilizado en pequeñas cantidades, mezclado con compost para evitar el daño a las plantas. Es ideal para cultivos como el maíz dulce.
Fertilizantes ricos en nitrógeno: Si tu jardín necesita un impulso extra durante la temporada, puedes optar por usar fertilizantes ricos en nitrógeno:
Harina de sangre: La harina de sangre es sangre animal seca, usualmente de vaca, que se convierte en polvo y se utiliza para elevar los niveles de nitrógeno en el suelo. También ayuda a disuadir a animales como mapaches y zarigüeyas de acercarse al jardín.
Emulsión de pescado: Es un fertilizante líquido que proporciona nitrógeno de manera rápida a las plantas deficientes. Es ideal para jardines en macetas y debe diluirse antes de usar.
Té de Lombriz: Es un fertilizante líquido orgánico hecho a partir de las deyecciones de lombrices. Proporciona nitrógeno y otros nutrientes esenciales rápidamente a las plantas. Además, mejora la retención de humedad y aporta microorganismos beneficiosos al suelo.
El nitrógeno es esencial para un crecimiento saludable de las plantas y mantener niveles adecuados en el suelo puede ser un desafío, pero no imposible. Con métodos naturales, como el uso de recortes de césped, compost de café, estiércol y leguminosas, se puede mejorar significativamente el contenido de nitrógeno en tu jardín, asegurando plantas más sanas y productivas.
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