Una correcta operación y un adecuado mantenimiento de un sistema de riego tecnificado son elementos clave para garantizar la eficiencia productiva y uso óptimo del recurso hídrico. Según Ferreyra et al. (2009), la mantención periódica del sistema es esencial para conservar tanto los estándares hidráulicos y agronómicos, como también la uniformidad y eficiencia de acuerdo con el diseño original.
Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrentan estos sistemas son la falta de mantenimiento, obstrucciones o taponamientos de los emisores y problemas de presión en el sistema, lo que afecta la distribución homogénea del agua sobre los cultivos.
Es fundamental realizar un mantenimiento preventivo periódicamente para asegurar que los equipos de riego funcionen de manera óptima durante todo el año, en especial en periodos donde las frecuencias de riego son más bajas o durante la temporada invernal.
Estas labores de mantenimiento no sólo previenen daños de alto costo en el sistema de riego, sino que, a su vez, garantizan eficiencia y rentabilidad de los cultivos.
El objetivo es llegar a la próxima temporada de riego con un sistema bien calibrado, para suplir las demandas de los cultivos y en perfecto estado de funcionamiento, para cumplir los programas de riegos establecidos.
Los emisores se pueden obstruir por diversas razones, como la presencia de sedimentos en el agua, crecimiento de algas en los acumuladores o la precipitación de sales disueltas en el agua de riego dentro de las matrices o submatrices.
En la Región de O'Higgins, por ejemplo, se suelen utilizar aguas superficiales y las obturaciones tienden a ser causadas por la presencia de algas y sedimentos que ingresan al sistema de riego.
Para prevenir estos problemas se requiere generar un plan de mantenimiento preventivo que incluya acciones como el lavado de sistema, aplicaciones de controladores de algas y de pH del agua, mediante el uso de ácidos.
Las casetas de riego o de bombeo contienen varios equipos de control y monitoreo que son relevantes para el correcto funcionamiento del sistema. Es por esto que se protegen de las condiciones climáticas y no se encuentran a la intemperie. Tener los equipos resguardados produce seguridad, lo que puede provocar que, en ocasiones, las mantenciones se despreocupen y se generen problemas de gran importancia que afectan el sistema de riego.
El tablero eléctrico y los manómetros son unidades de control que proporcionan una interfaz segura y eficiente para realizar una revisión rápida y fácil de los componentes y detectar posibles fallas en el sistema (Cuadro 1). Los diseños pueden variar según los proyectos o requisitos del sistema. Es importante que, antes de iniciar la temporada de riego, se realice una revisión de las conexiones y chequeo general del tablero, junto con el correcto funcionamiento del amperímetro, voltímetro y programador (si existiera).
Mantener una revisión visual diaria por si algunos de los casos mencionados en el Cuadro 1 ocurriera. Al término de la temporada de riego es relevante realizar una limpieza del tablero y la desconexión de la fuente de energía.
La fuente impulsora -sea una bomba o motobomba- en el riego tecnificado otorga presión y caudal al sistema de riego, para abastecer la demanda de los cultivos. El mantenimiento y revisión periódica de la bomba es importante, para garantizar un correcto funcionamiento y prolongar su vida útil, por ello, se sugiere:
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