Arraigo de buques como herramienta para garantizar seguridad en casos de incumplimiento de contratos de transporte
Por Fernando Olavarría, abogado de Legal Export Abogados
En el mundo del comercio internacional, los contratos de transporte juegan un papel fundamental para asegurar que la mercancía llegue a su destino en tiempo y forma. Sin embargo, el incumplimiento de estos acuerdos, especialmente en el transporte marítimo, puede generar graves consecuencias para las partes involucradas, particularmente para los exportadores y cargadores de productos perecibles como la fruta.
En este contexto, el arraigo de buques se presenta como una herramienta legal eficaz para garantizar seguridad en el cumplimiento de estos contratos.
¿Qué es el arraigo de buques?
En primer lugar, el privilegio marítimo es un derecho que la ley otorga a ciertos acreedores cuyos créditos surgen en el contexto de la navegación marítima, permitiéndoles ser pagados con el producto de la nave, las mercancías u otros bienes, con preferencia sobre otros créditos.
Cuando se trata de privilegios sobre la nave, este derecho se manifiesta como la facultad de persecución y detención de la embarcación. La facultad de persecución permite al titular del privilegio solicitar la retención judicial o el embargo de la nave en cualquier lugar donde se encuentre, conforme a lo establecido en los artículos 844 a 846 del Código de Comercio.
Esta medida tiene como objetivo impedir que el buque salga del puerto hasta que la obligación legal sea cumplida o se alcance una solución negociada. En el sector frutícola, donde los tiempos de entrega son críticos para preservar la frescura y calidad del producto, el arraigo puede ser una estrategia esencial para mitigar las pérdidas derivadas del incumplimiento.
Asimismo, bajo la legislación chilena, es posible embargar una nave hermana, siempre que esté bajo la misma propiedad o sea operada por la misma entidad.
La responsabilidad no requiere una conexión directa entre la persona responsable y la nave embargada. Contar con un crédito privilegiado permite arraigar tanto la nave infractora como cualquier nave hermana.
Procedimiento de un arraigo
Cualquier persona o empresa que se sea titular de un crédito privilegiado, sin importar el país en que se haya originado, tiene la posibilidad de solicitar en Chile el arraigo de una nave, o de su nave hermana, en tanto exista una deuda impaga y no se otorgue una garantía bancaria emitida en favor del peticionario.
Esto puede ser solicitado en los tribunales ordinarios competentes del puerto en que se encuentre la nave o donde se espere que arribe dentro del plazo de un año (Regla General) desde que se haya originado el crédito.
Aplicabilidad del arraigo en el sector frutícola
El sector de exportación de frutas está expuesto a una serie de riesgos en el transporte marítimo, tales como retrasos, daños a la carga, o incluso la pérdida total de los productos. Estos problemas son agravados cuando se incumplen los términos del contrato de transporte, lo que puede tener efectos devastadores para exportadores y comercializadores que dependen de tiempos estrictos para mantener la competitividad de sus productos en el mercado internacional.
El arraigo de buques se convierte en una medida clave cuando la contraparte no cumple con sus obligaciones contractuales. Por ejemplo, si una naviera no entrega la carga en las condiciones acordadas o no cumple con los plazos estipulados, el exportador puede solicitar el arraigo del buque para presionar a la naviera a resarcir el daño causado.
Conclusión
En el comercio internacional, el transporte marítimo es crucial para asegurar la llegada oportuna de productos perecibles, como la fruta. Cuando se incumplen contratos de transporte, el arraigo de buques permite a los exportadores proteger sus derechos y garantizar una compensación.
Esta herramienta legal, basada en el privilegio marítimo, permite el arraigo de la nave infractora o de una nave hermana para asegurar el cumplimiento de las obligaciones. En el sector frutícola, donde los tiempos son determinantes, el arraigo de buques se convierte en una medida clave para mitigar pérdidas y preservar la competitividad en el mercado global.