El potencial y los desafíos de trabajar con fresas en Perú
“Lo mejor de trabajar con fresas en el Perú es su versatilidad como cultivo y la posibilidad de producirla todo el año debido a nuestras condiciones climáticas únicas”, dice Cynthia Falcón, asesora agrícola en fresas. Gracias a las diversas altitudes y microclimas del país, se pueden cultivar fresas durante las cuatro estaciones, lo que representa una ventaja competitiva frente a otros países que dependen de temporadas específicas.
Falcón destaca que las fresas pueden ser producidas tanto a campo abierto como bajo sistemas protegidos, permitiendo a los agricultores adaptarse según sus recursos disponibles. Además, el mercado interno peruano está en constante crecimiento, con consumidores que valoran frutas frescas, saludables y deliciosas como las fresas.
“Hay también un mercado potencial para productos procesados, como fresa congelada, pulpa para jugos y mermeladas”, agrega.
Sin embargo, también reconoce los desafíos. “Lo peor es la falta de tecnología accesible, el uso limitado de genética avanzada, la ausencia de viveros certificados y los altos costos de insumos, que impactan especialmente a los pequeños productores”. Las fresas son altamente susceptibles a problemas como la arañita roja, el oídio y la botritis, lo que a menudo conduce al sobreuso de pesticidas.
A pesar de estos desafíos, Falcón cree que hoy es un buen momento para el cultivo de fresas en Perú, siempre que se adopten cambios estratégicos. “El mercado interno sigue en crecimiento y existen oportunidades para exportar a nichos internacionales que valoren fresas frescas de alta calidad, especialmente si se apuesta por prácticas sostenibles, certificaciones de calidad y cultivares innovadoras”, asegura.
¿Por qué es un cultivo sexy?
La asesora señala que las fresas no han recibido la misma atención que otros cultivos, como los arándanos o la uva. “Estos últimos están más orientados a la exportación de producto fresco y cuentan con un respaldo tecnológico significativo”. Por el contrario, la producción de fresas en Perú depende en gran medida de pequeños agricultores que continúan con prácticas tradicionales y carecen de acceso a viveros certificados y tecnología avanzada.
La falta de una estrategia nacional que promueva el cultivo de fresas con un enfoque comercial de alto valor agregado también ha limitado su desarrollo. “El bajo nivel de inversión pública y privada en investigación, transferencia tecnológica y desarrollo de mercados ha restringido su potencial”, comenta Falcón. Además, la percepción de las fresas como un producto destinado principalmente al mercado interno ha frenado las inversiones en tecnología.
A pesar de esto, Falcón considera que apostar por el cultivo de fresas es fundamental. “Es una fruta altamente demandada por su aporte en antioxidantes y vitaminas, y tiene un alto potencial de diferenciación en mercados internacionales gracias a nuestra capacidad de producir fuera de las temporadas tradicionales de otros países, como en los meses de invierno del hemisferio norte”.
La inocuidad: Un factor clave
Recientemente, se ha reportado la presencia de residuos de agroquímicos en fresas peruanas destinadas al mercado interno, lo que Falcón considera un tema preocupante. “Esto afecta tanto la salud del consumidor como la reputación del producto peruano, desalentando la inversión y dificultando el acceso a mercados internacionales más exigentes”, dice.
Para abordar esta situación, propone una serie de medidas, como promover prácticas agrícolas responsables, como el manejo integrado de plagas (MIP) y las buenas prácticas agrícolas (BPA); fomentar el uso de productos biológicos como alternativa a los químicos tradicionales; implementar un sistema de monitoreo y control de residuos químicos en el mercado interno; crear programas de certificación accesibles para pequeños productores; incentivar la transición a la agricultura orgánica mediante programas piloto en regiones específicas; realizar campañas de sensibilización para consumidores, “esto genera presión en la cadena comercial para ofrecer fresas más seguras”.
“Aunque es un desafío, no necesariamente es un problema insalvable. Si se implementan estas medidas, este desafío puede convertirse en una oportunidad para profesionalizar el cultivo y mejorar la competitividad de la fresa peruana”, concluye.
El cultivo de fresas en Perú está en una encrucijada: tiene un inmenso potencial, pero requiere un enfoque renovado que combine tecnología, sostenibilidad y una articulación efectiva entre agricultores, Estado y sector privado. “Abordar los problemas actuales, como los residuos de agroquímicos, y promover una visión de largo plazo permitirá que la fresa se posicione como un cultivo estratégico para el país”, concluye.
Cabe mencionar que Cynthia Falcón acaba de publicar un libro: “El cultivo de fresas en el Perú: un recorrido técnico por su producción”.