El impacto de la variabilidad climática en la seguridad hídrica en Chile
El calentamiento global está transformando el ciclo del agua. Inundaciones, sequías prolongadas e intensos ciclones marcaron 2024 como un año récord en desastres hídricos, según el Monitor Mundial del Agua, situación que también a afectado la seguridad hídrica en Chile.
En ese contexto, el informe dirigido por la Universidad Nacional de Australia revela que estos fenómenos dejaron más de 8.700 muertos a nivel mundial, desplazaron a 40 millones de personas y provocaron pérdidas económicas superiores a 550.000 millones de dólares, evidenciando la urgencia de adoptar medidas inmediatas para mitigar el impacto de esta creciente variabilidad climática.
La experta de Nimbus Meteorología, Viviana Urbina, explicó que “los cambios en el clima a lo largo de la historia, influenciados por factores como la órbita terrestre, los ciclos solares y la inclinación del eje del planeta, han provocado períodos de intenso calor y eras glaciales de forma natural. Sin embargo, desde la Revolución Industrial, el cambio climático inducido por la actividad humana ha acelerado estos procesos de manera alarmante”.
Chile no escapa a esta realidad, enfrentando una megasequía que se extiende por más de 14 años y también devastadoras inundaciones en las últimas décadas, lo que evidencia la fragilidad del país ante estos fenómenos extremos y pone en riesgo el acceso al agua potable, la producción agrícola y la preservación de sus ecosistemas.
Urbina añadió diciendo que “el calentamiento global ha intensificado eventos como lluvias torrenciales y sequías prolongadas, resultado del intento del planeta por redistribuir el exceso de calor acumulado".
"Por ejemplo, las precipitaciones intensas, concentradas en pocas horas, funcionan como un mecanismo natural para enfriar zonas específicas. Sin embargo, el problema surge cuando estos eventos se presentan en regiones no acostumbradas a lluvias persistentes”, indicó.
La digitalización como clave en la gestión hídrica en Chile
Estos fenómenos, producto de la variabilidad climática, aunque ocurren en distintas regiones del mundo, comparten un denominador común: la urgente necesidad de implementar soluciones innovadoras para enfrentar la crisis climática.
En este escenario, la digitalización de la gestión del agua emerge como una herramienta imprescindible para optimizar su uso y asegurar su disponibilidad en el futuro.
“En Chile, la disminución de las precipitaciones invernales y el aumento de las temperaturas han alterado el equilibrio de las reservas de agua, especialmente en zonas cordilleranas. El deshielo, que antes aseguraba un suministro gradual de agua durante el verano, ahora ocurre de manera más acelerada, agravando el déficit hídrico”, afirmó la meteoróloga de Nimbus.
En este contexto, Emilio de la Jara, CEO de Capta Hydro, startup chilena dedicada a optimizar la gestión del agua extraída de los ríos, entregó su visión sobre cómo enfrentar este complejo escenario.
Explicó que “en las últimas décadas ha mejorado la infraestructura hídrica y la gestión tecnológica, pero sigue siendo insuficiente. La sequía estructural y las recientes inundaciones evidencian la necesidad de herramientas modernas para la gestión del agua, y eso es lo que hemos desarrollado en los últimos años”.
Agregó que un ejemplo de lo anterior, es la implementación de centros de control en las cuencas del Maipo y del Lontué. "El monitoreo en tiempo real del caudal de estos ríos y sus extracciones ha sido clave para una gestión más eficiente de la sequía y una respuesta más oportuna en los eventos de inundaciones”, expuso.
Conscientes de esta creciente necesidad, Capta Hydro desarrolló AMARU, software que ofrece una solución integral para la gestión del agua tanto en épocas de sequía como de inundaciones. Cuenta con tres fases: captación, análisis y gestión.
El software recoge datos mediante equipos de telemetría avanzados y fuentes externas, lo que proporciona una visión precisa y completa del caudal. En una segunda etapa, analiza, procesa y visualiza esta información en tiempo real, integrando y controlando la data de los medidores de caudales y compuertas. En su fase final, automatiza procesos críticos, como la operación de compuertas, y genera reportes personalizados con parámetros clave para la toma de decisiones estratégicas.
Jara puntualizó que AMARU emite alertas preventivas y alarmas sobre los niveles del agua, permitiendo a los usuarios actuar rápidamente ante cualquier evento.
"En síntesis, la combinación de tecnología avanzada y análisis detallado garantiza una gestión eficiente del agua y facilita respuestas oportunas ante los diversos desafíos que se presenten”, dijo.
Con una inversión estratégica en infraestructura digital y la capacitación del personal, industrias y comunidades pueden enfrentar la variabilidad climática y garantizar un futuro más sostenible para las nuevas generaciones.
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