Banasan incorpora vehículos a gas en beneficio de la industria bananera colombiana

Con el objetivo de potenciar los lineamientos de sostenibilidad en la industria bananera colombiana, Banasan, comercializadora internacional de la fruta, dio un paso trascendental con la incorporación de la flota de vehículos a gas más grande del sector en el país.

La iniciativa ha permitido reducir en un 70% las emisiones de gases contaminantes en comparación con vehículos diésel, sumado a eliminar por completo el contrabando de combustible en sus operaciones, generando impactos positivos tanto para el medio ambiente como para la seguridad en el departamento del Magdalena.

Son 29 vehículos de la marca sueca Scandia, adquiridos por la empresa Transmecor SAS, proveedor de servicios de transporte de Banasan, cuya inversión está alrededor de 20.000 millones de pesos.

La incorporación de los vehículos representa una solución innovadora frente a los retos del cambio climático y establece un nuevo estándar para el transporte agrícola en el Magdalena, donde la actividad bananera es un pilar económico.

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Al respecto, la directora de sostenibilidad de Banasan, Estefanía Lagos, dijo que la flota es solo una parte de una estrategia más amplia que busca construir una agroindustria más sostenible.

"Además de los vehículos a gas, estamos trabajando en proyectos que abarcan la adquisición de fertilizantes con baja huella de carbono, sistemas de riego eficientes y el uso de energías alternativas en nuestras fincas y oficinas. Estas acciones reflejan nuestro compromiso con un futuro más verde y equitativo para nuestras comunidades y el planeta”, indicó.

Explicó que la limitada infraestructura de abastecimiento de gas en Santa Marta, con apenas dos estaciones disponibles, y la escasez de mano de obra especializada en la región, han exigido esfuerzos adicionales como la instalación de un taller exclusivo in house operado por ingenieros de Scandia.

En esa misma línea acotó que a pesar de estos desafíos, el impacto positivo de esta transición es evidente: una agroindustria más limpia, una reducción de la contaminación auditiva de un 40%, comunidades beneficiadas con menores riesgos ambientales y un ejemplo a seguir para otros sectores productivos del país.