Entrevista: El camino a la rentabilidad del cultivo de almendros en Chile

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Entrevista: El camino a la rentabilidad del cultivo de almendros en Chile

La palabra diversificación es un concepto que se ha vuelto recurrente en la agricultura, ya que es necesario tener una producción que sea rentable. Para ello, muchas veces tener distintos cultivos permite que los números en la agricultura sean azules. El almendro es uno de estos cultivos.

Al respecto,Portalfruticola.com conversó con la especialista en fitopatología del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, (INIA La Platina), Danae Riquelme, quien analizó la industria y las investigaciones que se están realizando con el objetivo de impulsar el sector.

¿Cuáles son las principales problemáticas que afectan a la industria de almendros en Chile?

Existen varios desafíos que afectan la competitividad del sector. El principal es la baja productividad, ya que en Chile el rendimiento promedio es menor que el de otros países productores como Estados Unidos, donde se obtiene el doble de producción por hectárea.

Esta baja en productividad es un efecto multifactorial. Por ejemplo, la industria enfrenta dificultades en el acceso de patrones, ya que los patrones disponibles en viveros a menudo se utilizan para otras especies de mayor demanda, como cerezo.

Además, hay un bajo desarrollo comercial de nuevas variedades, lo que limita la diversificación. Otro problema importante es que muchos huertos están envejecidos o enfermos, lo que afecta la producción. Muchos de ellos con material vegetal que arrastran patógenos desde la etapa de vivero como el plateado de los frutales.

Además, la falta de un catastro actualizado sobre el estado fitosanitario en los huertos dificulta la toma de decisiones estratégicas para la renovación y el manejo adecuado de los huertos afectados. Sin un control adecuado, estas enfermedades pueden reducir drásticamente los rendimientos, acortar la vida útil de los huertos y aumentar los costos productivos.

¿Qué mejoras se pueden realizar para contribuir a la cosecha y postcosecha de almendros?

Hay varias áreas en las que podemos mejorar. Una de ellas es el control de la humedad en la cosecha, ya que en muchas ocasiones se cosecha con niveles de humedad inadecuados, lo que afecta el procesamiento y el rendimiento.

También es clave la estandarización en las plantas de proceso. Hoy en día, cada planta de procesamiento tiene sus propios criterios de calidad y muestreo, lo que genera discrepancias en la evaluación de la pepa.

Es importante que los productores se involucren en el proceso y visiten las plantas para entender cómo se evalúa su producción. Además, aún hay un alto porcentaje de cosecha manual, por lo que avanzar en la mecanización sería un gran paso para mejorar la eficiencia.


Entrevista: El camino de la rentabilidad del cultivo de almendros en Chile


¿Qué manejos se pueden realizar para mejorar la calidad de los almendros e incrementar la producción en Chile?

Primero, debemos renovar los huertos envejecidos y elegir mejor las combinaciones de variedad y portainjerto para optimizar la producción. La polinización también es un punto crítico. Es fundamental asegurar la sincronización entre variedades polinizantes y el uso adecuado de colmenas para maximizar la cuaja.

En cuanto al riego, hay que avanzar en la implementación de tecnologías de monitoreo hídrico para mejorar la eficiencia del agua. Otro aspecto clave es la fertilización. En muchos huertos se han usado fertilizantes minerales por más de 25 años sin hacer enmiendas al suelo. Incorporar estrategias de fertilización balanceada y regenerativa puede mejorar la calidad del suelo y, en consecuencia, la producción.

¿De qué manera el cultivo se debe adaptar al cambio climático?

El cambio climático está impactando fuertemente al sector. Uno de los efectos más preocupantes es la disminución de horas de frío en invierno, lo que afecta la floración y la producción. Para enfrentar esto, se están buscando variedades con menor requerimiento de frío y con mejor adaptación a las nuevas condiciones climáticas. Además, es fundamental mejorar la eficiencia del uso del agua, implementando riego tecnificado y sensores de humedad del suelo para optimizar el recurso.

A nivel fitopatológico, el cambio climático plantea un desafío adicional, ya que el aumento de temperaturas y la variabilidad en las precipitaciones podrían favorecer la aparición de nuevas enfermedades y modificar el comportamiento de las enfermedades como el cáncer bacterial, tizón de la flor, roya, hongos de la madera, entre otras enfermedades.


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¿Y en materia fitosanitaria?

El hallazgo de Polystigma amygdalinum en almendros de California en 2024 representa un desafío fitosanitario que Chile debe abordar con urgencia. Este hongo, responsable de la mancha roja del almendro, es una enfermedad foliar que puede debilitar significativamente los árboles, reduciendo su capacidad fotosintética y afectando el rendimiento del cultivo.

Dado que California es el principal productor mundial de almendras y un referente en material vegetal y tecnología agrícola, la presencia de este patógeno en su industria genera un riesgo potencial para Chile, especialmente debido al alto nivel de intercambio comercial y la posible importación de plantas o materiales contaminados.

Si llegara a Chile, las condiciones climáticas podrían favorecer su propagación, generando mayores costos en monitoreo y control. Para evitarlo, es clave reforzar la vigilancia fitosanitaria, controlar las importaciones de material vegetal y fortalecer el monitoreo en huertos comerciales, minimizando así el impacto en la industria local.

Ante este escenario, la industria deberá apostar por el desarrollo y uso de variedades más resistentes, mejorar la sanidad en viveros y optimizar el manejo integral del cultivo para minimizar el estrés de las plantas y reducir su susceptibilidad a enfermedades.

En ese contexto, ¿qué nuevas zonas serían idóneas para el cultivo?

A medida que las condiciones climáticas cambian, hay regiones que se vuelven más favorables para el cultivo de almendros. Actualmente, estamos explorando nuevas zonas, pero faltan aún estudios que identifiquen con su idoneidad con claridad. Por supuesto, se espera que tengan un buen balance entre temperatura y disponibilidad de agua.


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¿Cuál es la proyección del cultivo en los próximos años?

El sector tiene un gran potencial de crecimiento, pero su desarrollo dependerá de cómo enfrentemos los desafíos actuales. Esperamos ver un aumento en la mecanización y la eficiencia productiva, lo que permitirá mejorar la rentabilidad de los productores. También se espera un mayor énfasis en la sostenibilidad, con nuevas prácticas que permitan reducir el impacto ambiental y mejorar la calidad del suelo.

En la actualidad, tanto desde la industria como desde la academia se está trabajando para potenciar la competitividad del sector enfocándose no solo en la productividad, sino también en la sanidad del cultivo.

En los próximos años, se espera una mayor inversión en el manejo fitosanitario preventivo, uso más racional y sostenible de fitosanitarios, con un enfoque en control biológico y estrategias de manejo integrado de plagas y enfermedades, reduciendo así la dependencia de químicos y minimizando el riesgo de resistencia en los patógenos.

Si logramos combinar innovación tecnológica, estrategias fitosanitarias eficientes y adaptación al cambio climático, el almendro en Chile podrá consolidarse como un cultivo rentable y sostenible, capaz de competir con éxito en los mercados internacionales.

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