Variedades de cebolla morada más tolerantes impulsan una agricultura sostenible y rentable

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Variedades de cebolla morada más tolerantes impulsan una agricultura sostenible y rentable

La creciente demanda por prácticas agrícolas más sostenibles encuentra en las nuevas variedades de cebolla morada una aliada estratégica.

Enza Zaden, empresa global de mejoramiento genético de hortalizas, ha invertido en el desarrollo de cultivares con alta tolerancia a enfermedades foliares, ofreciendo al productor una alternativa eficaz para reducir el uso de agroquímicos, disminuir costos y preservar el medio ambiente.

Según la empresa, las variedades Barolo, Malbec y Monastrell, desarrolladas en condiciones de clima subtropical, presentaron un excelente desempeño en el campo, demostrando tolerancia a enfermedades como Peronospora y Stemphylium, dos de los principales desafíos que enfrentan los productores, especialmente en Chile, donde el clima favorece la proliferación de estos hongos.

“La tolerancia genética es un camino sostenible, pues permite una producción más limpia, con menos aplicaciones de defensivos agrícolas. Esto disminuye el impacto ambiental, evita la aparición de plagas resistentes y reduce los costos operativos del productor”, explica Roberto Johow, sales manager de Enza Zaden en Chile.

Los cultivares fueron desarrollados mediante cruzamientos convencionales combinados con tecnologías de selección asistida por marcadores moleculares, que permiten identificar con mayor precisión y agilidad características deseadas como resistencia a enfermedades, calidad de bulbo y mayor vida útil.

Este enfoque garantiza materiales adaptados a las condiciones de campo y con un desempeño estable a lo largo de distintos ciclos de producción.

Además de reducir la aplicación de productos químicos, el mejoramiento genético también contribuye a la calidad y conservación poscosecha. La variedad Barolo, por ejemplo, fue desarrollada especialmente para el mercado de almacenamiento, manteniendo la calidad de las cebollas por más tiempo y minimizando las pérdidas por brotación y pudrición.

Ensayos conducidos en Chile indicaron que Barolo puede presentar una vida útil hasta un 30% superior en comparación con variedades convencionales, reduciendo las pérdidas poscosecha hasta en un 25%.

“Con Barolo, logramos mantener la calidad de las cebollas hasta el final del ciclo de comercialización, algo que nunca habíamos conseguido con otras variedades. Esto representa una gran ventaja para quienes trabajan con almacenamiento y exportación”, destaca Juan Pérez, productor de la región del Maule, en Chile.

La empresa también refuerza su compromiso con la sostenibilidad mediante metas corporativas de reducción de la huella de carbono y del consumo de agua, conforme a lo establecido en su estrategia global de sostenibilidad. Además, se vienen promoviendo entre los productores asociados iniciativas orientadas a la trazabilidad y a la adopción de prácticas regenerativas.

Las cebollas moradas asumen así un nuevo papel en la agricultura moderna: el de protagonistas en una cadena de producción más consciente, eficiente y sostenible. Con innovación genética y responsabilidad ambiental, es posible producir más con menos impacto y transformar desafíos agronómicos en oportunidades para el futuro.

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